lunes, 16 de septiembre de 2024

"¡No pasarán!": Editorial

Augusto Cubides C.
Director del periódico VIDA

La oposición, la misma que gobernó hasta hace dos años cuando se instaló por primera vez un gobierno popular y progresista, está preocupada porque la ahora famosa plataforma mundial de inteligencia financiera, suspenda y sancione a Colombia por la revelación que hizo el Presidente Petro del software espía Pegasus.

Si nos cancelan la membresía, dicen y argumentan como si fuera la gran revelación, Colombia quedaría sin acceso a la información del lavado de activos que generan las economías ilegales y un conflicto armado “múltiple y complejo”. Están descubriendo que el agua moja.

Olvidaron que con sanciones y sin sanciones de la plataforma mundial de inteligencia financiera, hemos vivido los últimos 50 años, casi desde la bonanza marimbera por allá en los 1970. Décadas en las que ellos, la ahora oposición, gobernaron este país. Ahora quieren evadir el debate y su responsabilidad en muchos de los grandes peculados y lavados de activos durante sus gobiernos.

A propósito de lucha contra la evasión, nos podrían contar qué saben y qué pasó con los Panamá Papers, aquellos paraísos fiscales donde políticos, juristas, empresarios y hasta periodistas, corrieron a esconder sus dineros para evadir impuestos en Colombia. Y de paso nos cuenten cómo, hasta ahora, los implicados en el entramado de Odebrecth han logrado burlar la justicia.

Pero como se trata de “cocinar” el golpe de estado contra el Gobierno del Cambio, amplían y profundizan  diariamente en sus medios la narrativa del mal gobierno. El engranaje es perfecto: un día se atraviesan en la aprobación del presupuesto de 2025. Al día siguiente, hace lo suyo un Consejo Electoral amañado y pendenciero con un ponente sindicado.

Unos y otros les quieren hacer creer a los colombianos que el Presidente sufre de paranoia. Todos juntos crean el relato que el software comprado en el gobierno de Iván Duque con propósitos deleznables (non santos) y el tal golpe de Estado, con magnicidio incluido, no existen. 

La mezquindad y el odio los enceguece que ni siquiera atienden y escuchan al gobierno de los Estados Unidos y a la DEA, cuyos funcionarios en Bogotá y Washington han alertado al Presidente Petro que están en marcha varios atentados, léase bien, atentados con volquetas cargadas de dinamita para explotarlas al paso de la caravana presidencial. Por supuesto que ningún miembro de la oposición ha salido a esos medios, sus medios, a expresar su rechazo y menos a solidarizarse con el mandatario.

Como dicen los abuelos: es lo que tenemos. Y sí, tenemos por primera vez un gobierno popular que quiere y está jugado en hacer reformas para los más pobres. Y tenemos una oposición y un establecimiento y sus medios de comunicación, que se niegan a darles oportunidades a esos pobres. Son capaces de generar un magnicidio y llevar el país a otros 75 años de confrontación con tal de no perder sus privilegios ni sus negocios.

Claro, un conflicto donde solo pelearán pobres contra otros pobres porque sus hijos seguirán viendo la guerra y la pobreza por televisión o desde una playa en el Caribe, donde guardan sus dineros, o en el mediterráneo a donde solo pueden llegar ellos y sus futuras generaciones.

El complot no es una fábula. La democracia está en juego. ¡No pasarán! 


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