miércoles, 7 de agosto de 2024

"En el punto ciego": José Félix Lafaurie

Se cumplen dos años de gobierno del primer Presidente de izquierda que logró el exitoso tránsito de hacer la política con armas a lograr ser elegido con votos, bajo un sistema democrático que con todos las imperfecciones ha permitido librar todas las batallas en libertad.

El balance no le es favorable. Su visión un tanto utópica, por lo pronto ha quedado en activismo con pocas realizaciones; promesas evidentes de su campaña: la Reforma Rural Integral y la “Paz Total”; temas en los que me obliga algún protagonismo.

En lo primero, los resultados están a la vista, no obstante los ofrecimientos en tierra y recursos presupuestales son suficientes. En lo segundo, es evidente que la mayor expectativa está puesta en los diálogos con el ELN.

Vencido el plazo del 3 de agosto para una segunda renovación del cese al fuego con el ELN, diferentes sectores han exhortado a la Mesa de Negociaciones a continuar. Sin embargo, no es apenas un asunto logístico, sino de los muchos pendientes que están sobre la Mesa para que no sea más que una claudicación gubernamental para “sostener la caña”.

Primero. No es un asunto menor la compleja situación interna de Venezuela, uno de los principales países garantes. Lo aconsejable es esperar a que haya claridad sobre su situación política.

Segundo. El Sexto Congreso del ELN se realizó en junio y había expectativas sobre sus pronunciamientos para superar la crisis, pero no dio luz alguna. Más allá de la retórica “voluntad de paz” de siempre, acompañada de los mismos cuestionamientos y la ratificación de la continuidad de la lucha armada, guardó silencio sobre el secuestro, las extorsiones, los hostigamientos a la población y la violación sistemática de los DD. HH. en las regiones donde ejercen control territorial para proteger rentas ilícitas.

Tercero. Congeladas las negociaciones, también lo está el Mecanismo de Monitoreo y Verificación, sin el cual el cese al fuego es una burla. De Hecho, el MMV ha sido saboteado por el ELN desde octubre de 2023, con cientos de casos de incumplimientos sin evaluar y sin pronunciamiento de la Misión de la ONU, su vocero oficial.

Cuarto. La situación es dramática en los territorios, pues la condición actual de “cese al fuego” no se compadece con la realidad de violencia desbordada. Sigue pendiente la situación de los secuestros en Arauca y la eventual responsabilidad del ELN en el cierre, por extorsión sostenida, de la extractora de aceite de Palma en el Catatumbo, que compromete miles de empleos, como se evidenció en una marcha multitudinaria en Tibú, una región que lucha por sacudirse la maldición del narcotráfico.

La pregunta es: en un escenario de suspensión de negociaciones y de cese al fuego... ¿qué hará el ELN el 4 de agosto? ¿Acaso soportaremos una escalada de secuestros y violencia?, ¿acaso es eso lo que buscan? Las FF. AA. están advertidas de la “lógica del terror” con la que pretenden ablandar al gobierno y a la sociedad.

Mi gran preocupación: existe una dicotomía entre la actitud de los negociadores del ELN, con disposición de diálogo en medio de grandes diferencias y los pronunciamientos de su Sexto Congreso, duros, belicistas y totalmente mudos sobre los compromisos que la Mesa y el país esperan para lograr las transformaciones que lo conduzcan a la paz.

¿Con cuál ELN estamos negociando para salir del punto ciego?

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